miércoles, 6 de marzo de 2013

Ave oscura, misteriosa, ojos airados que rozan,
pasa hilvanando con un fino hilo de terror el cielo, 
aunque es enorme, el abismo me desciende, me toca, 
atándome, a su desolada guarida de espectros vivos
y cadáveres nauseabundos que aún arraigan sus gritos
-desespero....

Emilia Laval.

No hay comentarios:

Publicar un comentario